CORALINE

Me llamo Anahí, pero cuando alguien no se acuerda de mi nombre, improvisa: Analía, Anais, Anair, etc. Por eso me identifiqué desde el primer momento con Coraline, a quien cada dos por tres la llaman Caroline.

Me di una panzada de Neil Gaiman: devoré Neverwhere y Coraline en una misma semana. En ambas historias las ratas hablan, hay mundos paralelos (si en Neverwhere cada ciudad tiene su equivalente bajo tierra, en Coraline se siembra la idea de que todos podemos tener una puerta oculta en casa por la que se acceda a “la otra casa”, donde la realidad puede parecer idéntica o mejorada en un primer vistazo pero, cuando se empieza a observar con atención, aparecen distorsiones perturbadoras -como el hecho de que la gente tenga botones cosidos en lugar de ojos-). También se plantea la duda de cuál de los dos mundos es mejor ¿el que conocíamos hasta ahora como real o la nueva y excitante realidad paralela? En Neverwhere la duda queda en el aire. En Coraline, tal vez por ser una historia orientada al público infantil, la conclusión es clara. Otro punto en común en ambas historias son las puertas, los umbrales a otras realidades. Y por hablar de otras realidades, hay guiños a Alice in wonderland, de Lewis Carroll, al tener una protagonista de más o menos la misma edad, con un gato, que entra en un sitio desconocido y, al principio, oscuro. Y el hecho de que los espejos puedan ser atravesables.

La adaptación de P. Craig Russell, que también hizo las ilustraciones, es una excelente forma de disfrutar de esta historia (Roca Editorial, 2016). Otra forma es ver la película del mismo nombre, de Henry Selick.

 Anahí Flores

  • Coraline
  • Neil Gaiman
  • Roca Editorial
  • Año2016
  • 192 páginas
  • ISBN 9788416240241
  • Otro libro del autor en el blog: Neverwhere

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