10 PREGUNTAS A SEBASTIÁN GRIMBERG

Foto original de Aquateca

¿Cómo fueron tus inicios como escritor? ¿A qué edad?

 

Es difícil ubicar un punto de “inicio”. Desde chico me gustó mucho leer, inventaba historias (en ese entonces, de terror) que narraba a mi hermano, las grabé en casetes y dibujé en historietas. El primer intento de escritura “formal”, fue a eso de los diecinueve años, un cuento, por competir con mi hermano.

¿Te inspiró alguna persona en particular?

 

Me inspiraron escritores, con sus relatos. Quienes hicieron las adaptaciones infantiles de las historias de mitología griega, los autores alemanes de un libro que se llama “Cuentos para chicos no tan chicos”, con dos cuentos fenomenales que aún recuerdo. Uno de un tipo que tenía el cerebro de oro, y se iba sacando cachitos para comprar cosas que quería la mujer de la que estaba enamorado, hasta que le quedaban migajas, y otro de un viejo que, en la soledad de su cuarto, la empeña contra el consenso de llamar a la mesa, “mesa”, juega a cambiar los nombres de los objetos y, cuando tiempo después sale a la calle, no puede comunicarse con los demás. También Cortázar, con “La noche boca arriba” que una maestra nos leyó en séptimo grado. Muchos años después me enteré que era de él y, aquel primer intento de cuento, fue una copia burda de ese.

¿A qué hora del día te surgen más ideas para ponerte a escribir, en cualquier momento o existe un horario propicio para ello?

 

No hay horario. La mayoría de las veces escribo a partir de ocurrencias, y pueden surgir en cualquier momento.

¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir?

Mi casa es muy chica. Escribo donde puedo.

¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo?

No tengo uno en particular.

¿Cómo surgió la idea de “La mirada del asesino” y en qué te basaste para escribirlo?

Yo estaba en proceso de escribir una novela policial y, para eso, venía leyendo gran cantidad de novelas del género de una lista que me pasó Vicente Battista (a él está dedicado el cuento). En medio de eso, se me ocurrió la idea para el cuento, que tenía un poco que ver con lo que me pasó a mí durante un tiempo, después de terminar con una novia (que ella terminara conmigo). En ese momento, quise escribir un poema pero, como no soy poeta, salió algo horrible. Como cuento funcionó mejor. Cuando ya tenía un primer borrador, lo relacioné con la serie de asesinatos que hubo en los alrededores de Mar del Plata hace años, y con una novela que, si te digo cuál es, descubro el final de la historia… Al leerlo, salta a la vista.

¿Qué estás leyendo por estos días?

 

Arenas movedizas, de Mankell, El Mamut, de Eric Schierloh, La familia, de Gustavo Ferreyra (es espectacular), Respiración artificial, de Piglia (algo que me debía), La ocasión, de Saer, y La posibilidad de una isla, de Houllebecq (lo mejor que leí de él).

¿Cuáles son tus autores preferidos?

Difícil nombrarlos a todos porque son muchos y, además, se van sumando nuevos a lo largo del tiempo… Sin pensar demasiado te diría que, “rioplatenses”: Saer, Onetti, Di Benedetto,  Wernicke, Marechal y Kohan (dejando varios afuera) y, extranjeros: Dostoievsky, Chéjov, Kafka, Faulkner, Carver, Chandler, Simenon, Céline.

¿Qué autores recomendarías leer?

 

Creo que es difícil recomendar lecturas “en general”, nada puede gustar a todos entonces, para recomendar lecturas, hay que conocer un poco los gustos del lector. Si se trata de recomendar a los que quieren escribir, que lean todo lo que puedan y, a los que ya están escribiendo, que traten de encontrar una voz narrativa afín a la suya propia, a lo que estén escribiendo en ese momento, no para copiar, sino para poder comparar y ver cómo otro, seguramente con más experiencia, resolvió tal o cual cosa. Sobre todo, creo que hay que leer mucho a los autores contemporáneos, para ver “cómo se está escribiendo”. Hace poco me tocó ser prejurado de un concurso importante y leí muchísimos cuentos que estaban “bien”, pero que parecían haber sido escritos cien años antes.

¿Existe algún libro famoso que te hubiera gustado escribir?

No puedo quedarme con uno solo: Adan Buenosayres, de Marechal, Los suicidas, de Di Benedetto, La rivera, de Wernicke, La vida breve, de Onetti, Viaje al fin de la noche, de Céline.

¡Muchas gracias Sebastián por tus respuestas!

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