10 PREGUNTAS A MARINA MACOME

¿Cómo fueron tus inicios como escritora? ¿A qué edad?

Siempre estuvo presente. Desde chica me gustaba inventar historias, leerlas, escucharlas. Creo haber escuchado tantas veces el cuento en cassette de la gallina Marcelina que hoy te podría hacer un dubsmash. Después pasé a los libros de Elige tu propia aventura y de ahí a Sherlock Holmes, que devoraba.  En la secundaria arranqué escribiendo cuentos cortos. Por aquel entonces una novela era algo muy lejano, te diría que irrealizable. Años más tarde,  cuando a mi compulsión por contar historias le “impuse” una rutina y un poco de confianza, todo se fue delineando.

 

¿Te inspiró alguna persona en particular?

En mi casa se leía bastante. Guy de Maupassant, Somerset Maugham, Poe, Mujica Láinez. Me encantaban los cuentos de O. Henry, tan lindos y a la vez ingeniosos; La última hoja, El regalo de los Reyes Magos.

 

¿A qué hora del día te surgen más ideas para ponerte a escribir, en cualquier momento o existe un horario propicio para ello?

Tengo tres hijos muy chicos así que me cuesta organizarme. Veo un hueco y lo aprovecho. Cuando estoy en pleno proceso o medio trabada, no hay nada mejor que una larga caminata. En la bañadera, cuando todos duermen, también surgen cosas interesantes.  De todas formas, cuando una historia ya está en marcha, soy una antena sin horarios.

 

¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir?

En un tiempo no tan remoto tenía mi escritorio con mis inciensos, mi cactus y mi colección de cds con sonidos del agua. Ahora simplemente me siento frente a la mesa ratona del living y tipeo hasta que se termina la calma.

 

¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo?

Minions,peluches, tambores, chupetes, mamaderas, babitas, pañales…

 

¿Cómo surgió la idea de «La reina del hielo seco y en qué te basaste para escribirlo?

El disparador fue una nota en el diario: Una jubilada iba a hacerse de varios millones de dólares tras comprobar que era hija de un poderoso estanciero que murió hace 25 años y cuyo cuerpo había sido robado. Fantasear con el pánico de la familia “acomodada”, sus eventuales esqueletos en el armario y en la simpleza de la heredera… También estaba con muchas ganas de escribir una historia romántica, de esas que enganchan porque mantienen una tensión entre los personajes principales y hasta último momento no se da nada por sentado.

 

¿Qué estás leyendo por estos días?

Los últimos que leí fueron Distancia de rescate de Samanta Schweblin y Nada se opone a la noche de Delphine de Vigan. Ahora voy y vengo con Copi y unos cuentos de Karen Russell.

 

¿Cuáles son tus autores preferidos?

Más que autores hay novelas y cuentos que me encantaron. Kennedy Toole con su Conjura de los necios; La senda del perdedor de Bukowski; El talento de Mr Ripley de Highsmith; El Gran Gatsby de Fitzgerald; Un gran chico de Hornby; Boquitas Pintadas de Puig; El diario de Bridget Jones de Helen Fielding; Orgullo y Prejuicio de Jane Austen; casi todos los cuentos de Cortázar, (especialmente La salud de los enfermos y Casa tomada); Dorothy Parker.

 

¿Qué autores recomendarías leer?

Depende del lector. Hay tanto y tan variado.

 

¿Existe algún libro famoso que te hubiera gustado escribir?

Todos aquellos que hacen que no puedas parar de leer y que cuando llegás al final te angustia porque se acaba. 

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