UNIDAD MÍNIMA DE FAMILIA

Compré “Unidad mínima de familia”, de Julieta Habif, en una feria a principios de noviembre de 2024. Después me lo llevé para leer en un viaje que hice al sur, en avión. Lo leí todo durante el viaje, que duró dos horas, porque me atrapó.

Es un libro de no ficción, cortito, pero intenso y emocional. Me acuerdo que cuando la librera del stand de Vinilo, la editorial que publicó este libro, me contó de qué trataba, me dijo que era un poco triste por la temática, y me ofreció otras alternativas. Pero enseguida me interesó leerlo.

Es duro, porque es el relato de una hija, Julieta, sobre lo que le pasó a su madre en noviembre de 2014, cuando sufrió la rotura de un aneurisma cerebral mientras jugaba al tenis. Julieta tenía 23 años en ese momento. Ella narra cómo vivió esa situación, y lo que sucedió después, porque su madre estuvo postrada y casi inconsciente varios años, sin posibilidad de mejora, hasta su muerte en 2019. Pero el relato también va hacia el pasado, cuando Julieta y su mamá vivían solas, porque su mamá y su papá se habían separado cuando ella tenía seis años.

Es una historia de familia, un retrato y un homenaje a la madre. Indaga en otros temas como la soledad, la culpa, la incertidumbre, y la responsabilidad de los hijos para con los padres. También toca temas un poco incómodos y difíciles, propios de una situación de este tipo. Me gustó que Julieta dedicara el libro a las amigas de su mamá, quienes la acompañaron y ayudaron en los momentos en los que tuvo que tomar decisiones difíciles

Más allá del trasfondo que es triste, tiene partes tragicómicas y anécdotas divertidas: de Julieta y sus amigas cuando eran adolescentes, de ella con su mamá, y situaciones de la vida cotidiana que podrían ocurrir en cualquier familia.

Me resultó íntimo, sin golpes bajos, valiente. Una historia con la cual nos podemos identificar.

Josefina Ros

📚Unidad mínima de familia

📚Julieta Habif

📚Editorial Vinilo

📚2024

📚78 páginas