CUATRO POEMAS – de Ariel Bermani
(Pintura de Xul Solar “Casi plantas”, 1946, témpera en papel. Museo Xul Solar, Argentina.-)
Cuatro poemas
*
Petrochelli, Chips, Koyak,
Baretta, Columbo, Mannix, Swat,
Las calles de San Francisco.
Si pudiera
pasaría el resto de mi vida
mirando series policiales
de los setenta.
Ordenadamente
desde el capítulo uno hasta el último.
Es importante respetar el orden
al menos en los casos en que
las historias continúan.
Pero no solo miraría policiales
también Bonanza, Caravana,
El Gran Chaparral,
El Zorro.
Volvería a ver –miles de veces-
el capítulo en que Don Alejandro
le dice a Don Diego
que ya lo sabe.
Imposible no llorar con ese capítulo.
*
La música que escucha mi hijo
atraviesa la puerta de su habitación
también la cocina
-donde estoy atento para
que no se pase el arroz-.
Su música me invita a caminar
por una calle que no conozco
es de noche
hace frío y estoy vestido
con bermuda, remera y ojotas.
No sé para dónde voy
pero se que me esperan
camino con la sensación
de haber pasado
más de una vez
por el mismo lugar.
Ahora un hombre barbudo me detiene
tocándome la espalda
es mi hijo
-dice que tiene hambre-.
Me gustaría volver a la calle
sentirme perdido otra vez
pero ya no escucho la música.
Tengo que apagar el fuego
hacer algo con ese arroz
que está pegado
en el fondo de la olla.
*
¿Qué vas a hacer cuando empiecen
a morirse tus ex novias?
Que empiecen a morirse es una manera de decir,
según parece, nos morimos una sola vez
aunque no haya certezas acerca de eso.
Lo que quiero preguntar es qué vas a hacer
cuando empiece esa racha
porque hay rachas
abuelos, padres, tíos, amigos
cuando empiece la racha de tus ex novias
que se van muriendo.
¿Vas a pensar un poco más en ellas?
¿Te vas a sentir responsable de sus muertes?
Yo no sé, nunca me lo había planteado
hasta hoy
las fui perdiendo de vista,
cada tanto me entero
muy cada tanto
de novedades de la vida de una
o de otra.
No es que quiera volver con alguna de ellas
pero el hecho de pensarlas muertas
me acerca a mi propia muerte
y ese es un tema que me perturba
cada día
un poco más.
*
Zitarrosa murió en el 89.
Antes habían muerto Borges y Cortázar,
uno en el 86, el otro en el 84. Onetti murió en el 94.
Mi abuelo José, en el 87
mi abuela Porota, en el 99.
A mi abuelo paterno, marido de Porota,
no lo conocí,
se llamaba Roberto, como mi viejo
y murió en el 65.
Mi viejo murió en 2004.
Sebastián Monk
compañero de segundo año en el nacional
murió en 2011.
-era un gran músico
y un gran tipo-.
Fogwill murió en 2010,
Laiseca a fines de 2016
y Piglia, unos días después que Laiseca,
pero en 2017.
Los tres habían nacido en el mismo año que mi viejo,
en el 41.
Podría seguir así
apilando muertos queridos y fechas
pero ya está
por ahora, ya está.
Nunca voy a los cementerios
sin embargo la tumba de Borges la quise conocer
no sé por qué.
Mi viejo no tiene tumba
fue reducido a puras cenizas.
Ahora miro por la ventana de mi habitación
se está haciendo de noche
el calor dura todavía.
Escucho a Zitarrosa
y me olvido que yo también
voy a morir.