SALIDA PALERMITANA

 

Los cuatro días del fin de semana largo del 20 de junio, fueron unas mini vacaciones. Las aprovechamos para cambiar el rumbo hacia Palermo, además de descansar,  salir con amigos, leer bastante y dedicarnos al ocio creativo.

Nos habían hablado mucho del Restó Coco Marie, ubicado en Armenia 1764 y estábamos con ganas de conocerlo. Por fuera parece un local de ropa, hay que ingresar a él para llegar al restó que está en el fondo. Sucede que el espacio lo comparten varios locales, una boutique, un café y atravezando lo que se asemeja al patio de una abuela, el cual ha mantenido la estética con mesas de hierro, enredaderas cuyas hojas alternan los colores otoñales, se encuentra Coco Marie. Famoso por sus bagels con salmón ahumado y cream cheese (bien neoyorkinos), su limonada marroquí (elaborada con pepino, albahaca limón y azúcar), sus ensaladas, sandwiches y muffins. Cuando fuimos al mediodía, el aroma a sopa casera invadía el lugar muy cálidamente.

Se encuentra en el fondo de una antigua casa chorizo reciclada, donde está uno de los patios más lindos que he visto. Nosotros comimos en el sector interior muy vidriado y luminoso.

Estuvo todo impecable, la comida, el lugar, la vista al patio que teníamos y el sillón tan cómodo en el que me senté. Lugar adorable y muy recomendable.

Para continuar el recorrido, ya que estábamos en Palermo, nos fuimos a tomar un café a la librería Eterna Cadencia ubicada en Honduras 5574.

Mis ojos no daban crédito al tamaño de esas estanterías altísimas y de madera que albergaban tantos libros. Como dice Borges en «El poema de los dones»: «…y yo que me figuraba el universo bajo la especie de una biblioteca…». Ahí estaban ellas. En un momento pensé: si todos los personajes de estos libros cobraran vida por un seguido, ¡esto se convertiría en un caos muy entretenido!

Ya siendo el domingo el ultimo día de nuestras pequeñas vacaciones, donde uno aprovecha se levanta tarde y se relaja, decidimos ir a comer un brunch (desayuno y almuerzo todo en uno, bautizado también por nosotros «desmuerzo»). Volvíamos a Palermo porque teníamos claro adonde queríamos ir.

Partimos al tan querido Le Pain Quotidien ubicado en Armenia 1641 entre el Salvador y Honduras. Este lugar lo conocíamos de nuestro viaje a New York donde nos habíamos quedado encantados con la ambientación, el estilo que tiene el local con la mesa comunal y sus exquisiteses.

La historia de  Le Pain Quotidien nace a  finales de 1980, cuando Alain Coumont,  un reconocido chef que trabajaba en un restaurante de Bruselas, no encontraba un pan de calidad para ofrecerle a sus clientes y empezó a prepararlo el mismo.

Perfeccionando su receta familiar, hecha a base de harina, agua y sal, Alain horneaba el pan diariamente. Los clientes comenzaron a demandar más producción y es así que Alain decidió abrir su propia boutique que fue la piedra fundacional de Le Pain Quotidien.
El primer local se inauguró en Octubre de 1990 en Bruselas.
El concepto fue un éxito. Siempre centrado en ingredientes simples y frescos. Decorado con muebles de madera y como mesa central, la comunal, que se convirtió en uno de los conceptos fundamentales de Le Pain Quotidien.
Hoy Le Pain Quotidien trabaja en 18 países extendiendo sus sellos por el mundo. Gastronomía, diálogo y confianza. ¡Y ya esta instalado en Argentina! Para deleite de todos nosotros.

El brunch es una opción muy buena para los domingos si se suelen despertar tarde y no saben si desayunar o almorzar, esta es una muy buena opción.

Ya estoy con hambre después contarles detalladamente acerca de estos lugares, así que si van, coméntennos sus experiencias. ¡Que las disfruten!

Loli Ros