LOS ÁRBOLES CAÍDOS TAMBIÉN SON EL BOSQUE

Alejandra Kamiya es argentina y escribe con la atmósfera japonesa de sus antepasados. Claro, eso lo digo yo que también soy de acá, probablemente un japonés diría que estoy equivocada y que los cuentos de Alejandra son muy argentinos. Algo parecido le pasa a la protagonista de Partir, uno de los cuentos de Los árboles caídos también son el bosque (Bajo la Luna, 2015): en Argentina la consideran oriental, en Japón, extranjera.

El silencio (lo que se calla, lo que no se oye), la oscuridad (lo que no se ve), los secretos, lo que no tiene nombre son algunos de los elementos que construyen estas doce historias. Como en los buenos cuentos, hay mucho que no se dice, pero en el caso de este libro además el no decir también es un tema recurrente. “Los secretos contienen a la gente adentro, protegiéndola o haciéndola prisionera”, piensa Belinda, otro personaje de estos cuentos.

Anahí Flores

  • Los árboles caídos también son el bosque
  • Alejandra Kamiya
  • Editorial Bajo la luna
  • Año2015
  • 128 páginas
  • ISBN 978-987-1803-80-4