10 PREGUNTAS A AGUSTINA BAZTERRRICA

 
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura narrativa?
 

Mi madre siempre me cuenta que cuando iba a la primaria ponían mis “microrelatos” en la cartelera del colegio. Escribo desde muy pequeña sin la conciencia de qué significaba ser escritor. Cuando terminé el secundario empecé el taller de Liliana Diaz Mindurry y ahí la escritura tomó forma de una vocación concreta, de una disciplina y un placer.

¿Te inspiró alguna persona o alguna situación en particular?

 En los comienzos, no, fue compulsivo, casi intuitivo. Después me inspiraron las lecturas, mi familia, Liliana.

 

¿Existe un horario propicio para ponerte a escribir o cualquier momento es ideal?

 Soy nocturna. El momento ideal es la tarde-noche. A la mañana soy un zombie.

 

¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo y en donde lo haces usualmente?

 Tengo un escritorio con una computadora, muchos libros alrededor y a mi gato que cada vez que me siento a escribir viene a acompañarme.

 

¿Cómo surgió la idea de “Cadáver exquisito” y en qué te basaste para escribirlo?

La idea nació gracias a las charlas que tuve con mi hermano Gonzalo Bazterrica en su restaurante Ocho Once. Gonzalo es chef y trabaja con comida orgánica y, además, se dedica a estudiar lo que es la alimentación consciente y forma parte del movimiento Slow Food acá en Argentina. 
Entendí que la alimentación puede ser un remedio o una enfermedad y en mi propio proceso de investigación dejé de comer carne. Cuando lo hice se corrió un velo y desnaturalicé su consumo. Para mí una milanesa es un pedazo de un cadáver. Entonces hice el proceso inverso y pensé: “Si hay cadáveres de animales en la carnicería por qué no puede haber cadáveres de humanos y que todos lo aceptemos como lo hacemos con la carne de animal”.
Me basé en lo que le hacemos hoy a los animales. Investigué muchísimo sobre la logística de los frigoríficos. Vi una cantidad enorme de videos donde se muestra como se faenan vacas y cerdos. Leí instructivos de maquinarias y reglamentos. Trasladé ese universo perverso a una posibilidad: faenar humanos. También leí ensayos sobre canibalismo como Pensar caníbal de Adolfo Chaparro Amaya o ensayos sobre los derechos de los animales como Extraños animales de la filósofa argentina Mónica Cragnolini entre muchas otras lecturas. Pensé la novela desde diferentes perspectivas y posibilidades de reflexión.

 

¿Qué estás leyendo actualmente?

 Leo textos para el taller de lectura que coordino junto a Agustina Caride. Ahora estamos con el boom latinoamericano por pedido de los asistentes. Además, leo lo que cae en mis manos y de la pila enorme de libros que me espera (que se retroalimenta y nunca baja). Puntualmente hoy (noviembre de 2017), estoy con Nación Vacuna de Fernanda García Lao.

 

¿Cuáles son tus autores preferidos?.

Van mutando con el tiempo. Los que permanecen como un referente indispensable son: Lispector, Barnes, Saer, Kafka, Joyce, O’Connor, Bernhard.

 

¿Qué autores recomendarías leer?

 Me gusta recomendar autores contemporáneos: La comemadre de Roque Larraquy, Hotaru de Martín Sancia, Bajo este sol tremendo de Carlos Busqued, Mil galletitas de Diego Tomasi, Quema de Ariadna Castellarnau, Frío de Rafael Pinedo, El loro de Flaubert de Julian Barnes, HHhH de Laurent Binet y La historia del amor de Nicole Krauss.
 

Si tuvieras que elegir un personaje de ficción de algún libro para sentarte a charlar un rato, a quien elegirías?

A Gregorio Samsa. Lo abrazaría fuerte.

¿Existe algún libro famoso que te hubiera gustado escribir?
La comemadre de Roque Larraquy. No sé si es famoso, pero es uno de los mejores libros que leí en mi vida.
Muchas gracias Agustina!!