DÍAS PERFECTOS: la felicidad de lo simple en una película bella
Anoche vi esta película que tenía pendiente hace un par de años, desde que la estrenaron. Estaba en Mubi pero hace poco la agregó Netflix a su catálogo, y me dio mucha felicidad.
Perfect Days (Días Perfectos), de Wim Wenders, es una película que habla de la simpleza de los días y del arte de contemplar, propia de los japoneses.
Hirayama tiene un trabajo limpiando baños públicos en el barrio de Shibuya, en Tokio. Vale aclarar que los baños son todos espectaculares e inteligentes, uno más lindo que el otro. Alterna su trabajo con la lectura de libros antes de dormir, escuchar música en casettes en su pequeño departamento y en el auto que usa para ir a trabajar cada día.
Por más que sus días parezcan todos iguales, la película profundiza en cómo él los disfruta , y los pequeños detalles que parecen ponerlo feliz: mirar el cielo por la mañana cuando sale de su casa, disfrutar del juego de luces y sombras que hacen los árboles en el parque, cuando come un sandwich a la hora del almuerzo, o ayudar a su compañero de trabajo para conquistar a una chica.
La trama no ahonda en muchos detalles sobre la vida o el pasado de Hirayama. Solo sugiere algunas cosas, en muy pocas escenas hacia el final, pero eso no pareciera ser lo importante.
La película es muy buena. La banda de sonido aún mejor, y poder disfrutar de Tokio, esa ciudad increíble, aunque sea en la pantalla, siempre es un placer.
Koji Yakusho, quien encarna a Hirayama, es un gran actor. Yo lo vengo siguiendo desde hace un tiempo y ya puedo decir que soy su fan. Solo dice unas diez frases en toda la película. Lo demás lo expresa con su mirada y su sonrisa. Más allá de eso, la película no es aburrida ni lenta. Se las recomiendo, ¡y vayan a buscar la playlist a Spotify!
Josefina Ros