10 PREGUNTAS A SILVINA MARSIMIAN
Ph: Télam
Silvina Marsimian es profesora en Letras, magíster en Análisis del Discurso (UBA) y doctoranda en Análisis del Discurso por la Universidad de Buenos Aires. Se desempeñó como profesora en carreras de grado y posgrado en la UBA y en institutos de formación docente. Fue profesora y vicerrectora del Colegio Nacional de Buenos Aires. Es autora de libros de texto y ensayo literario y dirigió colecciones de libros y fascículos. Fue, además, coordinadora de la Feria del Libro Infantil.
En su blog, Pop Ups, ventanas emergentes de la memoria, publica algunos de sus escritos.
- ¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Desde chica leo todo lo que está a mi paso. La escritura fue una necesidad que surgió a partir de las ganas de contar historias que había leído en los libros y que quería imitar. Por eso, llegado el momento seguí Letras. Pero la carrera me orientó hacia la investigación y la enseñanza. O a la escritura de ensayo, que fue mi fuerte durante mucho tiempo. Hace unos años, me decidí por la ficción e intento novelar. Aunque el género que creo más afín a mi manera de sentir el lenguaje es la poesía. Disfruto cuando escribo poesía.
- ¿Te inspiró alguna persona o alguna situación en particular?
Recuerdo que, hacia los 11,12 años, me regalaron un librito de Charles Baudelaire: Consejos a los jóvenes escritores, que me estimuló. Luego, la poesía de Pablo Neruda, que me aprendía de memoria. Luego, miles de lecturas, de forma un poco anárquica, que me llevaron por el mismo camino.
3. ¿Existe un horario propicio para ponerte a escribir o cualquier momento del día es ideal?
En cualquier momento. Incluso a veces me despierto de noche con un tema o unas palabras. Me levanto y lo anoto.
- ¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo o donde generalmente sueles escribir?
En cualquier parte. En el subte, si surge.
- ¿Cómo surgió la idea de «Landrú y Tía Vicenta, la retórica del medio pelo»?
Mi tesis de Análisis del Discurso sobre los textos radiales de Niní Marshall y el habla de las mujeres me llevó directamente a Landrú y sus chicas María Belén y Alejandra. Lengua, mujer y sociedad, a nivel lingüístico y fraseológico, es una pasión que no para.
- ¿Qué estás leyendo actualmente?
De todo. Pero sobre todo a algunas narradoras como Alice Munro, Claire Keegan, Vivian Gornick. Hay un lenguaje allí, una manera de ver el mundo y contarlo muy original, que puede enlazarse con las vivencias de escritoras en otras lenguas y realidades como Silvina Ocampo y Clarice Lispector.
- ¿Cuáles son tus autores preferidos y que recomendarías leer?
Borges y Cortázar son para mí paradigmáticos. Pero me gusta todo lo que me emociona y me hace reflexionar sobre lo que estoy viviendo y sobre la existencia en general. Ahora también sondeo en los Diarios de Ricardo Piglia, a quien admiro como profesor además. Creo que no hay recetas válidas. Los gustos de los lectores son muy diferentes. Siempre recuerdo lo que me dijo Borges una vez: «Lea lo que le gusta, no se deje influir por los profesores. La lectura es un momento de felicidad. Y si un libro a la mitad no le gusta, déjelo. ¡Hay tantos libros en el mundo! El libro busca a su lector».
- ¿Hay algún libro al que volvés cada tanto o que te haya marcado y que nos quieras contar?
Vuelvo sobre varios. Porque leo en simultáneo varias cosas. Un capítulo de un libro, las más de las veces, me lleva a una parte de otro. Pero vuelvo mucho sobre Otras Inquisiciones, de Borges; sobre los textos de Kafka; sobre algunos pasajes de las novelas de Ishiguro.
- Si tuvieras que elegir un personaje de ficción de algún libro para sentarte a charlar un rato, ¿a quién elegirías?
Sin duda, a Sherlock Holmes. Me gusta su ingenio y su agudeza psicológica. Sabe bucear en el interior de los personajes y comprender la trama en la que están insertos.
- ¿Existe algún libro famoso que te hubiera gustado escribir?
La muerte en Venecia, de Thomas Mann.