10 PREGUNTAS A MARÍA FASCE

 

 1.¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?

Empecé a escribir desde el primer libro que me marcó emocionalmente. Mi primer recuerdo es Mujercitas: no tendría más de 7 años y quería ser Jo March, escribir en una buhardilla, cortarme el pelo para salvar a mi familia y que alguien se enamorara perdidamente de mí. En realidad, sobre todo quería ser Louisa May Alcott y producir en los lectores lo que ese libro me había producido: abstraerme del tiempo y del espacio, sufrir con cada uno de los personajes y llorar al final.

 2.¿Tenés una rutina para escribir en cuanto a horario, lugar, etc?

Mi trabajo de editora me absorbe y lo digo como un privilegio: el trabajo de editor me parece el más hermoso del mundo. Hacer que los demás descubran libros. Es un trabajo 24 horas, como por otra parte el de escritor (no se necesita estar sentado y tener papel y lápiz o computadora: el cerebro siempre está escribiendo algo). Tomo notas en los lugares más insospechados: la cola de la panadería, el subte, la milonga (mientras no estoy bailando)… Todo ese magma de notas y pensamientos va tomando forma, se incorpora en una trama y unos personajes definidos. Y después de un año por lo menos de notas y apuntes empiezo a escribir fines de semana y vacaciones hasta que el libro empieza a avanzar de modo más sólido.

 3.¿Cómo surgió la idea de tu última novela, Las vidas de Elena?

Tenía el personaje: una mujer a la que le pasa algo muy duro y debe volver a reinsertarse en la vida. La idea de que tenemos muchas vidas posibles pero sólo podemos elegir una: podemos cambiarla, podemos cambiar el final que parece tenemos destinado, pero sólo podemos tener una vida. Y la imagen de las valijas en la cinta del aeropuerto: dos mujeres que se miran, una se lleva la valija de la otra y la protagonista decide llevarse la de la mujer con la ilusión falsa de que sus vidas se truequen: sabemos que es mujer está desesperada, sabemos que las dos van a volver a encontrarse en algún momento de la novela. Y también tenía claro que debía haber una gran historia de amor.

4.¿Qué estás leyendo actualmente?

Estoy releyendo los cuentos de Grace Paley y de Ian McEwan: su primer libro, Primer amor, últimos ritos.

 5.¿Cuáles son tus autores preferidos?

Muertos: Borges, Chéjov, Flaubert, Carver, Lucia Berlin, Patricia Highsmith. Mis autores vivos preferidos son Murakami, Carrère y John Banville.

6.¿A qué libro volvés cada tanto para releer? 

Borges, sin duda. Y a cualquier libro de Murakami y Patricia Highsmith: me vuelven a deslumbrar y me enseñan a escribir sin la inmovilidad que produce Borges, tan perfecto y único.

 7.¿Existe algún libro que te hubiera gustado escribir?

Puesta a soñar: cualquier libro de los autores que mencioné en esta entrevista. Siendo más realista, Un amor de Sara Mesa , También esto pasará de Milena Busquets o Pura pasión de Annie Ernaux.

8.¿Qué libro te marcó en tu adolescencia?

Ficciones, de Borges. Ahí estaba todo: este mundo y todos los mundos posibles, la emoción y la sabiduría. El deslumbramiento del lenguaje y de la trama. Lo que llamamos “literatura”.

 9.Si tuvieras que elegir un personaje de ficción de algún libro para sentarte a charlar un rato, ¿a quién elegirías?

Qué buena pregunta. A Madame Bovary. Al padre de Elena, la protagonista de mi última novela, que es un poco mi padre muerto: sería una manera de recuperarlo.

 10.¿Estás trabajando en algún proyecto de escritura actualmente?

Como te decía antes, siempre estoy escribiendo. Y como ocurrió desde que publiqué mi primer libro de cuentos, La felicidad de las mujeres, gracias al Premio del Fondo nacional de las Artes, la escritura de una novela convive con la escritura de cuentos. El cuento surge casi como un poema: una idea de una historia que, como diría Cortázar, tienes que sacarte de encima porque te invade: la apunto en una libreta, la desarrollo embrionariamente en un fin de semana y la voy puliendo, y mientras tanto la novela -que es un largo viaje fascinante siguiendo a un personaje- avanza. También estoy terminando de corregir una novela muy difícil, intimista y con un punto de novela negra, El final del bosque.

 

  ¡Gracias, María!