10 PREGUNTAS A EDUARDO SGUIGLIA

¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura narrativa?

Publiqué mi primera obra de ficción veinte años atrás,  luego de haber escrito ensayos e investigaciones sobre la economía y la sociedad argentina.  Durante un viaje a Sao Paulo descubrí por casualidad una historia que había ocurrido en el Amazonas a principios del siglo veinte y, a la vuelta, tuve unos deseos enormes de novelarla.  Fueron dieciocho meses y diez días de pura emoción.

¿Te inspiró alguna persona o alguna situación en particular?

Me inspiró un libro de fotografías aéreas de la selva amazónica, en especial tres o cuatro que capturaban las ruinas de Fordlandia, a orillas del río Tapajós.

¿Existe un horario propicio para ponerte a escribir o cualquier momento es del día ideal?

Mi momento preferido es por la tarde, si es posible después de una siestita.

¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo y en donde lo haces usualmente?

En los últimos tiempos, mi lugar de trabajo está ubicado en una habitación de mi casa que tiene buena luz, un escritorio, computadora, impresora y una pequeña biblioteca.  Antes escribía en los momentos libres que me procuraba en los distintos trabajos que tuve.

¿Cómo surgió la idea del libro “El miedo te come el alma” y en qué te basaste para escribirlo?

El proceso creativo, como se sabe, no es fácil de explicar. Se mezclan recuerdos, vivencias personales, lecturas, conversaciones, ideas. Esta última novela, que completa el ciclo iniciado por “Ojos Negros” y “Los cuerpos y las sombras”, refiere, entre otras cosas, a un artículo del diario La Nación sobre la experiencia de Monte Veritá, que leí en el año 2002 y aún conservo, y también a un debate que hubo en casa sobre cuál era el verdadero título de una vieja y bella película de Rainer Fassbinder.

¿Cuáles son tus autores preferidos y que recomendarías leer?

Tengo muchos autores preferidos. En los últimos meses, por ejemplo, me impactaron Ian Mcewan (La ley del menor), Jonathan Franzen (Pureza), Yuri Herrera (Señales que precederán al fin del mundo), José Agualusa (Teoría general del olvido) y Fernando Aramburu (Patria).

¿Algún libro al que volvés cada tanto o te haya marcado para contarnos?

Los cuentos de Rodolfo Walsh, Salinger, Rulfo y Hemingway, Facundo de Sarmiento y alguna que otra novela de Faulkner.

¿Si tuvieras que elegir un personaje de ficción de algún libro para sentarte a charlar un rato, a quien elegirías?

Elegiría a Remo Augusto Erdosain, el personaje de Arlt.

¿Existe algún libro famoso que te hubiera gustado escribir?

Tal vez Moby Dick, pero sin todas las explicaciones y dibujos relativas a las ballenas y al resto de los cetáceos.