EL RUIDO DEL TIEMPO

El compositor Dmitri Shostakóvich creó su música ⎼óperas, sinfonías, piezas de cámara, música para películas⎼ mientras sobrellevaba una vida de pesadilla en la Unión Soviética dictatorial de Stalin. En su novela El ruido del tiempo (Anagrama, 2016), Julian Barnes narra la existencia de este artista que, soportando una permanente presión del Estado, nunca dejó de componer y llegó a ser uno de los más destacados del siglo XX. Claro que el costo, en lo personal, fue altísimo. En los primeros años, como tantos compatriotas, corría siempre el riesgo de ser excluido de su actividad por no coincidir con las expectativas del Partido, y en ese caso el castigo sería implacable: “el país entero era una celda de castigo”. Sólo había “dos clases de compositores: los que estaban vivos y asustados y los que estaban muertos”. Finalmente, el valor de su música, sumado a su prestigio internacional, garantizó su integridad y la de su familia, pero tuvo que realizar tantas concesiones al poder que su autoestima se degradó por completo. Con un estilo despojado, el autor analiza las imposiciones estéticas del estalinismo, el miedo y la culpa del protagonista, los recursos del arte para abrirse camino, el relativismo de valores que en otras sociedades se consideran absolutos.

 

Diana Raschelli de Ferraris

 

  • El ruido del tiempo
  • Julian Barnes
  • Anagrama
  • Año 2016